12.17.2007





muy pocas veces el aire se detiene en mis pulmones y resbala en toda mi mente, si soy una cobarde en los juegos de azar pero como todos adoro ganar, supongo que los sietes son producto de tu buena voluntad, eso es, es algo que recuerdo haber presumido alguna vez, lo que no recuerdo es cuando decidí obviar mi manía por entender por que los ceros no valen solos, siempre golpeas tu cabeza para quitarte las malas ideas pero no funcionan hasta que te quedas dormido, en tu cabeza retumba cada vez con mas fuerza exit exit exit eeeeexit y poco a poco un sonido se hace constante a medida que te retuerces de flojera: desperta desperta desperta... rutiiiiina... que desastre...

mira, soy yo, yo y yo, me gusta verte reír, me gusta reír de ti y contigo, me gusta saber que no hace falta pensar demasiado para encontrar las gotas de mis ojos con las que me das forma, me gusta cuando entiendes las caras que pongo con el viento, me gusta tener que quitarme los zapatos en la arena y correr detrás de ti y me gusta contar las gotas de lluvia que forman el charco donde brinco y juego a tu lado, no, no esperes que me levante aun, sabes que volveré a verte, a buscarte, a brincarte por la espalda y sorprenderte con un nuevo juego, ... como me gusta verte reír...

no se donde voy pisando... no se porque voy brincando.

11.18.2007

Ok... cuento el sueño... parte I

sólo recuerdo que...

unos pasos me llamaban a la puerta -es él- dije, -es él- como nunca antes con esos zapatos simples, con una sonrisa me mira a la cara y me habla de la decadencia humana mientras dos ojos tras él me juzgan por ser de carne y hueso, -no quiero escucharte, no quiero escucharte- mi mente gritaba a voz en cuello, el techo voló con el viento y esta lloviendo arroz , -que pasa con mi cabeza- le pregunto, sin ninguna respuesta.

aun no termino la pintura y el lienzo ya esta en otoño, veo volar mi cabello en mi rostro y no tengo frío –creo que es el fin- pienso, -¿esperas que tus problemas se pinten de blanco?- me habla con una voz mordaz , -o esperas pintarte los ojos de colores para hacer de tu camino un arco iris- ríe de forma elegante, me pregunto si hay alguna ampolla para las sonrisas superficiales, -espero por el que aun no llega- el viento deja caer un montoncito de arroz entre mis manos, -¿no crees que aquella mujer ve con demasiada nostalgia esa paloma?- me doy la vuelta en dirección a ella, -la fuente esta seca, la paloma sedienta- me vuelve a mirar a los ojos, no soy buena para cambiar de conversación, -déjame recostarme un rato- el pasto seco se ve descansado al igual que mis ánimos descansan en bastos pastos de convencionalismos inútiles –saldré a caminar un rato, quiero despistar mis fantasmas-habla fastidiado, -tus habitaciones están llenas de basura, límpialas-se despide…

Diablos! que tiene razón, encierra las hienas en el baño y ahógalas con jabón!...

10.30.2007

En crayones


y empiezo a rezar de nuevo pero esta vez el sol esta muerto, la luna no existe y las estrellas cayeron en los ojos de las putas, abro mi cabeza en el rincón de la habitación que ahora esta vacía y veo frente a mi la sombra aquella que jamás me dejó sola y veo atenta sus labios llenos de temor se recuesta en mis ideas por unos minutos pero cada día esta mas débil huye de los espejos rojos, huye de los colores vivos, huye de mi, esta muriendo y solo tengo rosas secas para dejarlas en su tumba, ‘encontré la llave que baja al cuarto siguiente y parece que estoy subiendo’

10.26.2007

Las sombras perdidas


Había una vez en Colombia, cerca del río Bogotá, un bosque escondido que tenía árboles de todas las especies.
En el bosque se alzaba una casita blanca, con un altillo. Y en el altillo, todos los días, Gato Crayón y Gata Pinturita se sentaban con sus caballetes, sus telas y pinceles, a pintar paisajes montañosos desde el balcón.
Una mañana se despertaron, se saludaron como siempre, se lavaron las manos, la cara, los dientes y mientras Gata Pinturita preparaba el desayuno, Gato Crayón abrió el ventanal del altillo y vio que estaba todo nublado y hacía frío. Entonces, ambos decidieron quedarse a trabajar adentro.
Él pintó un cuadro de la tetera y sus tacitas y ella, otro de un plato con manzanas y uvas.
Ya estaban lavando los pinceles, cuando escucharon que golpeaban a la puerta.
Crayón bajó a abrir y no vio a nadie, así que cerró, pensando que había sido el viento.
—¡Eh, espere, no se vaya! —gritó alguien.

El pintor abrió otra vez, pero afuera no había ni un pajarito.
—¿Quién habló? —preguntó, intrigado.
— ¡Aquí... aquí abajo! ¡Somos nosotras! —contestaron varias voces.
Crayón bajó los ojos y no pudo creer lo que veía: una multitud de sombras se movía en el suelo, murmurando y pataleando.
Enseguida llegó Pinturita, que al ver a Crayón hablando solo, se acercó a preguntarle si se sentía mal.
—¡No, señora! ¡Está hablando con nosotras! —le indicó una sombra que se movía de un lado a otro.
—¿Y quiénes son ustedes...? —gritó Pinturita, mientras se le paraban todos los pelos de la cabeza.
—Somos las sombras del bosque, señora. Disculpe si los asustamos, pero hace horas que estamos perdidas, porque hoy no salió el sol y no nos acordamos dónde vivimos.
Gato Crayón y Gata Pinturita recobraron la calma e invitaron a las sombras a pasar.
—Todos los días, cuando sale el sol, yo salgo de mi árbol y me estiro, me estiro —contó una sombra de naranjo— hasta que llego a su puerta.
—Sí, yo también —agregó una sombra de eucalipto—, y después voy volviendo de a poquito, hasta que me meto en mi tronco hasta el día siguiente.
—Y como la única casa que conocemos es la de ustedes, vinimos a pedirles ayuda —sollozó una sombra flacucha de sauce.
Crayón, preocupado, encorvó su espalda y se puso a caminar en círculos.
Pinturita, por su parte, se quedó pensativa un largo, largo rato.
Los minutos pasaron... pasaron...
—Bueno... No importa —susurró resignada una sombra de pino—. Ya nos vamos a arreglar de alguna manera. —Y comenzó a irse por debajo de la puerta, seguida por sus compañeras.
Ya estaba saliendo la última sombra, cuando algo maravilloso sucedió.
—¡Esperen! ¡Tengo una idea! —gritó Pinturita, tan contenta, que Crayón se asustó y saltó sobre la chimenea.

A continuación, en tanto que las sombras volvían, ella subió al altillo y bajó con un montón de cuadros. Las sombras la miraron sin entender nada, pero cuando observaron detenidamente las pinturas, todas se abrazaron y bailaron, locas de alegría: allí estaban los paisajes que los pintorcillos habían copiado en sus telas... el sol, las nubes, el río y cada árbol... ¡con su sombra!
—¡Ésa soy yo! —se reconoció una.
—¡Oh, miren hasta dónde llegué aquí! —dijo otra.
—¡Y mírenme a mí, qué bonita me hicieron! —se alegraron todas.
Entonces, Crayón, que había bajado ya de la chimenea, tomó de la mano a Pinturita, ésta tomó de la mano a la sombra de naranjo, que tomó a la del eucalipto, que tomó a la del pino... y así se armó un tren que recorrió el bosque, cantando y riendo.
Y cuando la última sombra fue dejada en su sitio, Gato Crayón y Gata Pinturita volvieron felices a su casa, a seguir pintando.
Desde ese día, cada vez que sale el sol, las sombras se estiran, se estiran, hasta llegar —a veces— al altillo, y se quedan quietas para que las retraten.
Y si ven que la pareja de pintores está descansando, la envuelven en un fresco abrazo, la besan y luego se van silenciosamente, cada una a su árbol, ya seguras de que nunca más se van a perder en el bosque.


Autor: Carlos Marianidis
Ilustrado por: David Pugliese

6.26.2007

Zoé - Deja te conecto


tus ojos caen y flotan en la oscuridad...

5.07.2007

Sting - Shape of my heart

uno de mis favoritos

4.13.2007

Camino de tanto tiempo por este lugar, vaya, si, esta realmente vacío… dos polillas muertas… una rata parece haber muerto de inanición, huele mal… hay mucho polvo y ceniza creo q hace falta una aspiradora q se lleve lo que ya esta podrido pero el polvo el adorado polvo y mi querida ceniza, eso no. (Se necesita personal de limpieza, referencias aquí)

Si esta leyendo esto, por favor pasa a la siguiente página, no se aburras, el siguiente blog tiene algo interesante en su nuevo post… (damos paso a tu distracción) , ah! y al pasar no levante polvo por favor, aquí hay personal que realiza una labor inmensurable para mantentener este lugar.

Al parecer sigue leyendo… bueno esa ya es cosa suya… Voy a recordar una charla con el obispo que me guíaba hace unos años por allá, por Polonia

- y señor obispo, las arcas de este año parece que mejoraron considerablemente.

- shhhh!!! las paredes tienen oídos - eh?

- hay sicarios errantes que pueden estar escuchando, no es conveniente hablar de los estados financieros aquí.

venga, venga, en la sala de copiado nadie escuchara

- tanta desconfianza dentro la región?

- puede haber soplones infiltrados y circulando por aquí

- yo creía que tenían grande la nariz y el mentón, no los oídos

- y no solo eso mi querida abad…

- eh?

- las manos, las tienen de largo alcance pero bueno, como le contaba

- si, me hablaba del estado de las arcas…

- bla bla bla… bla bla bla…

y por las noches pensaba, cuanto tiempo más seguiría respirando

que tan distinto es el oxigeno en tus sueños?

la ultima vez q soñé estaba respirando arena, duele

algunas veces duermo con la idea de no volver a despertar

otras solo dormir 9 minutos, dicen que dormir 9 minutos exactos puede compensar toda una noche de desvelo (?)

las intensidades son distintas, no es lo mismo respirar un desierto q respirar tu perfume

no, no es lo mismo

a propósito hace tiempo q no lo siento, creo q lo tenia por algún lugar

tu recuerdas el mío?

recuerdas mi voz?

mis uñas?

mis uñas te lastimaban, ¿verdad?

te voy a contar un secrete

yo t recordaba cada día cada segundo..

todo el tiempo cada día cada segundo...

siempre... cada día cada segundo...

y te recuerdo ahora...

cada día un segundo...

y todo el tiempo cada día un segundo

tic tac... el tiempo vuela

y aun quedan 86399 segundos más de hoy y otros de mañana, tic tac, tic tac, se me olvida que recordar...